COBI

1992

Apostamos por un diseño de vanguardia y fue la mascota más rentable de unos Juegos Olímpicos para el COI. 

Tal como se puso de manifiesto en el seno del jurado responsable de la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, la elección de una mascota no es un hecho banal. Es una elección que supone considerar una gran diversidad de aspectos. La mascota tiene un lugar asegurado en la simbología olímpica y esto le asegura una presencia importante.  Mariscal apuesta por un diseño de vanguardia, y gana. Es una propuesta cultural innovadora, una mascota que se aleja de los cánones y por ello adquiere personalidad propia desde su creación. Es un personaje cercano, simpático, amable, comunicativo, que se identifica con todos los roles olímpicos, ya sean deportivos o representativos. Con Cobi se realizan diversos usos y funciones nuevas que reinventan el rol de la mascota en los Juegos Modernos.

Veinte años después sigue formando parte del imaginario colectivo. Hasta la fecha, ha sido la mascota más rentable de unos Juegos para el COI. 

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